Vacaciones en España follando con una extrangera

Estabamos en el sur de España, de vacaciones. Alquilamos mis amigos y yo un apartamento.

Salimos durante 10 días todas las noches.

recuerdo la primera noche que la vi. Se movía con gracia. Una gracia especial. No era especialmente guapa, pero tenía algo. Su belleza residía en una mirada dulce y no en unos rasgos perfectamente perfilados. Cuando la miré se percató una de sus amigas, que comenzó a reírse. Rápidamente decidió comunicarle al grupo la situación. Al verlas hablar, moverse, podía fácilmente apreciarse que una de ellas era la líder. Más guapa que las demás, con movimientos más enérgicos y ligeramente más atractiva del resto. Miró para mi grupo de amigos con ese aire de la que se sabe muy guapa.

Algunos de mis colegas ya se percataron en ese instante de la mirada. No sabía si era buena o mala. Pero uno de mis amigos, para allí que fue. Estoy seguro que estaba o debió emocionarse pensando en una hipotética proposición o posibilidad de flirteo. Pero la jefa del grupo no era muy sociable. Ya desde el primer momento era hostil. Sin embargo el resto de sus amigas, que eran 4, le recibieron con risas y sonrisas. No tardamos en acercarnos el resto. Yo estaba pendiente de una de ellas. Me gustaba su sombrero de paja. Su sonrisa que prometía ternura sin fin. Pero la zorra de su amiga se creía la ama de todos y nuestra presencia le incomodaba.

En un momento dado entendí el porqué. Mi amigo, no sé si por el alcohol, estaba pasándose de cariñoso. Así que otro de mis amigos le tuvo que apartar. Yo mientras me dirigí a la chica del sombrero. Ella sonrió pero no contestó. Era tímida, muy tímida. En vez de ella, me contestó su líder pidiéndome que nos marchásemos. Y así hicimos.

Otra noche, días después volvimos a vernos, y al pasar le hice un gesto con mis dedos en mis ojos, haciéndole entender que seguía estando pendiente de ella. Ella sonrió pero no habló. No sé si fue en ese momento, o fue más tarde, cuando empecé a llamarla" dulcita" No nos paramos a hablar con ellas.

La tercera vez que la vi fue diferente. Su grupo estaba abordado por unos tipos. Uno de ellos hablaba con "dulcita". Era un tío alto, más que yo, pero de complexión delgada, y bastante feo. Me acerqué a ella, y pidiéndole disculpas a su acompañante por interrumpir su conversación me dirigí a ella. Le pregunte como era capaz de ignorarme mientras prestaba atención a ese otro chaval, que no obstante podía ser buen chaval. Ella pareció divertida. Me preguntó donde andaría después, en la discoteca, y yo le respondí. No pensé que fuera a verla otra vez esa noche, así que seguí de fiesta y mis amigos y yo conocimos a otras chicas. Era un grupo de Guadalajara, 3 chicas muy guapas. Yo no iba a saco, pero tampoco pretendía guardarle fidelidad a esa chica que me había negado su atención. Y una de las de Guadalajara tenía ganas de fiesta.

Esa misma noche, cerca del horario de cierre allí apareció con otras dos amigas. Y hablamos. No sabría decir cuanto. Yo solo sabía que ya había quedado con otra chica, y quizás fue mi desinterés lo que motivo que ella tomara la iniciativa. Hasta ese momento yo era el que tenía la iniciativa y ella era la tímida. En el momento que le dije que me iba a marchar ella me agarró la mano. Y me dijo que no. Me miraba intensamente. En cuanto su mano me agarró supe que las tornas se habían cambiado. No me soltó, me siguió agarrando. No supe nada más de la chica de Guadalajara. Para mí estabamos ella y yo. Ella me hablaba de ella y me preguntaba cosas sobre mí. Entonces se cerraba la discoteca. En la entrada llegó la jefa y dijo que marchaban para casa, y "dulcita" le dijo que les acompañaba. Discutieron un poco. Pero al final fuí con ellas.

Ya en la casa que tenían alquilada me metió en una habitación. Nos acostamos y nos besamos durante un tiempo largo. Recuerdo que le acaricié con más cariño del que regalaba su mirada. La besé más y más, y palpe su coñito. Estaba húmedo. Me dijo que si quería que me chupara la polla. Yo, miré su peludito coño (mi experiencia más frecuente en aquella época era el coñito rasurado de mi novia de aquella) y antes de que ella se dispusiera a devorarme le abrí de piernas y empecé a besar, lamer y chupar aquel tesoro. Ella empezó a doblarse y lo disfrutó. Y descubrí que aunque no era virgen, nunca le habían hecho sexo oral.

Después me comió un rato la polla, y cuando sentí que me iba a explotar empezamos a follar. Al final cuando nos echamos a dormir dormimos abrazados. Y durante varias noches posteriores volvimos a dormir juntos.
En la despedida acordamos no volver a ponernos en contacto y pasar a ser un recuerdo perfecto para siempre.
Pero no duró la intención, y ahora aún quedamos de vez en cuando para un viaje. Clandestinamente. Una tarde... a veces hasta una noche... No queremos que su novio o mi pareja se percaten.

Y sé que va a leer esto, que ella fue la que me enseñó esta página. Quiero que sepa que la vida tiene valor no solo por lo que somos, sino que por lo que disfrutamos del tiempo que tenemos, y ella me ha dado recuerdos por valor de oro.