UN ENCUENTRO PLANEADO
31/05/2018
La historia que queremos compartir con ustedes sucedió hace pocos días y fue escrita por los dos
protagonistas.
Él, un hombre alto, un poco robusto, de piel morena, de 23 años de edad; ella una chica alta, de piel blanca,
muy hermosa y de 22 años de edad.
La fecha estaba definida, un sábado, 26 de mayo de 2018, lo único que querían era que fuese especial, que
pudieran hablar a solas y sin tapujos, lograr estar tranquilos aun sabiendo que iba a ser el último encuentro
como algo más que amigos.
Ella traía una blusa de flores, un jean azul oscuro y sandalias; él un polo negro, pantalón y tenis.
Se llegó la hora, tipo 03:30 de la tarde, sabiendo que era poco el tiempo decidieron pasar directo al motel,
lo primero que hicieron al llegar fue abrazarse fuertemente, sintiendo los latidos del corazón y el calor del
otro, fue un momento mágico, de tranquilidad total. Luego se recostaron sobre la cama, muy juntitos
compartieron algunas situaciones vividas en ese tiempo que no se habían visto, minutos más tarde mirándola
a los ojos él le dio un primer beso, lento pero apasionado y eso empezó a subir la excitación, empezaron a
acariciar sus cuerpos, así estuvieron por un tiempo hasta que él le dijo que le había traído un regalo, sacando
de su bolso una rosa roja, lo que genero un brillo especial es los ojos de ella, también había llevado unas
cervezas (pues era algo que querían hacer en algún momento, tomar una cerveza en compañía del otro), no
faltaron los chocolates y unas galletas deliciosas, para después iniciar un buen faje.
Posterior a ese momento, ella pidió al chico que le quitara los pétalos a la rosa mientras ella iba al baño
(pues la rosa no la podía llevar para la casa), minutos que él aprovecho para escribir con los pétalos el
nombre de ella junto con un corazón, la sorpresa que se llevó la chica con ese detalle fue realmente grande.
Seguido de muchas caricias y besos de todas las formas posibles, inicio el acto sexual, primero ella le quito
la camisa a él, luego él hizo lo mismo con ella quedando al descubierto un sexy brasier negro. Continuaron
con unos besos y caricias muy acalorados, él para quitarle el pantalón la sentó en la cama y se lo empezó a
bajar mientras observaba el panti negro de encaje que ella llevaba, para luego el quitarse el pantalón y
empezó a besarla, después la tomó de la cintura estando detrás de ella y empezó a frotar su pene contra
sus nalgas, excitándola aún más, él se empezó a bajar el bóxer quedando totalmente desnudo, seguido de
esto, ella empezó a acariciarle el pene y le recordó una petición que le había hecho días atrás: masturbarse
frente a ella.
Así que él se sentó en la cama y ella se puso frente a él; el chico empezó a masturbarse y ella le ayudo con
su mano, él se sintió muy bien, por tanto él le dijo que quería ver sus partes para motivarse más, así que le
quito el brasier y siguió masturbándose mientras le chupaba y acariciaba los senos. Él le dijo que también
quería hacérsela a ella, así que la sentó en la cama, le quito el panti y empezó a acariciarle la vagina, esto a
ella le gustó muchísimo, se le notaba en su rostro, se sentía genial, lo que lo excito tanto, que no pudo
aguantar más y se “vino” sobre los senos de ella, ella tomó su pene y empezó a esparcirlo por todo su pecho,
se levantó, lo abrazo y empezó a frotarse contra el cuerpo de él, mientras le decía que lo probara, por lo
que inclino la cabeza del chico hacia sus pechos para que los chupara y saboreara el semen de él.
Se recostaron en la cama y siguieron besándose y acariciándose, él nuevamente chupo sus senos lo cual a
ella le encanto, jugaron con la cerveza, con los chocolates, haciendo que todo supiera más rico de lo normal,
pues lo derramaban sobre el cuerpo de ella y se producían sensaciones deliciosas, para un ejemplo, la
cerveza sabia más rica tomándola de la boca del otro.
Él le besaba todo el cuerpo mientras acariciaba su vagina hasta que con sus besos se fue acercando
lentamente a ella, empezando a jugar con su lengua en su clítoris, por lo que ella tomó su cabeza pidiéndole
que siguiera, él con sus manos le acariciaba los senos mientras con la lengua le daba placer hasta que ella
no aguanto más y le pidió que la hiciera suya.
Él se puso sobre ella y acerco su pene a la entrada de su vagina empezando a entrar lentamente pues ella
con su estrechez hacia que todo fuese con más calma y cuidado de lo normal, lo mejor fue que él se prestó
para realizar todos sus movimientos con delicadeza y brindarle de alguna manera una protección amorosa.
Así lo hicieron en varias posiciones hasta agotarse
Decidieron desacalorarse para luego tomar una ducha, pero a ella se le ocurrían cosas poco comunes, como
querer acompañarlo a verlo orinar, muchos dirán que no tiene nada de bonito pero fue un momento “intimo”
de cercanía y confianza.
Entraron a la ducha y ahí continuaron los besos y caricias por todo el cuerpo, para ella fue una experiencia
nueva y que disfruto mucho, la posición para hacerlo allí fue algo que le gusto demasiado pues sentía
delicioso, ella puso sus manos en la pared y dándole la espalda a él, empezó a penetrarla primero lento y
luego con mucha fuerza mientras ella gemía fuertemente por el placer, en ese momento él la fue acercando
al agua de la ducha, cayendo ésta en sus nalgas, la sensación de frío y calor la estremeció, cuando él estuvo
a punto de venirse sacó su pene y ella recibió el semen en sus manos para luego untárselo a él en el pecho
como si fuese jabón, además de eso hubo un oral por parte de él, para los dos ese momento fue muy
excitante.
Regresaron a la habitación y él tomo la toalla para secarla a ella, recorriendo todo su cuerpo con suavidad
mientras ella solo podía observar y disfrutar, se recostaron un momento y él empezó de nuevo su tanda de
besos, pidiéndole que se pusiera encima de él, ella lo hizo y empezó a introducir su pene con suavidad
mientras se iba moviendo, él levantó un poco su cintura y empezó a penetrarla de manera rápida, se notaba
lo mucho que a ella le encantaba por lo que ella le pedía que siguiera, que no parara, estaba en blanco solo
quería seguir sintiendo placer. Luego de eso se bajó y se recostó boca abajo mientras él se puso sobre ella
e introdujo de nuevo su miembro, empezando a moverse demasiado bien, lo hizo hasta el punto de no
aguantar más y se vino sobre sus nalgas y su espalda, fue un momento de máximo placer.
Todo fue realmente excitante y placentero, y para terminar el chico puso una canción muy linda, quería tal
vez dedicársela, pues aunque no es cantante como tal, le cantaba frases de esta, haciendo de éste un
momento especial.
Al final, se acabó el tiempo y debían hacer lo que jamás nadie quiere hacer, despedirse, con un beso lento
lleno de amor, un abrazo y unas lindas palabras.
Que recuerdo más hermoso. Y creí que no había quedado en ninguna página
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