Sofía - Parte I

26/04/2018

Sofía es la hija de mi amiga Karina. La verdad es que ambas tienen un culo apoteótico. La nena por ser tan joven entusiasma, es muy pispireta y sensual. Desde hace unos tres años, todos los veranos comparten la piscina que tenemos en casa. Es que nuestro veranos son muy calurosos y húmedos, lo que alienta a estar en el agua todo el día.
Sofía inicialmente era flaquita, alta para su edad, pero puro hueso. No me inspiraba ningún deseo, aunque siempre ella estaba arriba mío buscándome para jugar a las luchas, a las peleas y cosas así.
Ultimamente, se la notaba más atrevida, se notaba que su cuerpo comenzaba a florecer y que las hormonas ya mostraban su fuerza.
Yo veía como su pubis se engrosaba, marcando ya dos labios bien definidos, eso estimulaba mi líbido, y más de una vez tuve que darme vuelta o alejarme para no mostrar el bulto que se generaba en mi short de baño al observar ese hermoso culo, o sus senos, dos hermosas pelotas de tenis con pezones puntiagudos, que pugnaban por salir del corpiño que a duras penas los contenían. Y de a poco me fuí entusiasmando con Sofía, ya no la veía como a una nena, ahora la veía como una señorita cogible y la verdad es que me recontra calentaba la niña.
Este día en cuestión, quedamos solos en casa por que su madre y mi esposa, se fueron al shopping de compras por el cumpleaños de Sofía.
Estábamos en el agua jugando y yo no dejaba de mirar esas tetas, y ese cuerpo escultural. Me hacía el bocho imaginando mi miembro dentro de esa boquita de labios gruesos. De repente, Sofía se me acerca haciéndose la distraída y cuando está cerca me tira agua a la cara, fué el disparador, me le fuí encima y la abracé cuando se dió vuelta para escapar. Mi polla estaba ya como un tronco y se la apoyé en ese hermoso culo, la cabezota entre los cachetes, ella se quedó quietita, no se movía. Yo me aproveché y tomé sus senos entre mis manos mientras le hacía vaivén con la pija entre los cachetes del culo. Seguía sin moverse, pero se recostó contra mi pecho, les cuento que soy un cuarentón bien puesto, con bastante deporte encima, bien mantenido y por sobre todo, algo que mi esposa siempre alaba, es que la natura me dotó de un miembro importante. Son 25cms de largo pene, bien nervudo, y con un grosor tipo lata de pate foie, o sea grueso. Debe tener una circunferencia de unos 14cms. Ya asomaba la mitad por arriba del elástico del short, y Sofía lo sentía en todo su esplendor. Perdí el control ante la impasividad de la niña, la aproximé a los escalones de la pileta, la hice agacharse un poquito, con lo que su culo se promovió hacia mi pija,procedí a bajarle la bombacha de la bikini dejando todo ese culo a mi vista. Precioso, firme, redondito y con un agujero chiquito y rosadito. Lo acarticié con la punta de la lengua y ella gimió, y por acto reflejo empujó hacia atrás como queriendo que le entre la puntita. Seguí jugando con mi lengua y cada vez iba más adentro, ella gemía y se abría los cachetes, le metí un dedo con mucha saliva, ella no protestó si no que lo aceptó de buen grado, metí un segundo y ella se quejó, comencé el entre y sale con ambos dedos, prontamente le entraban hasta el fondo, Sofía estaba entregada e intrigada, además de caliente. Yo estaba más que poseído, mi verga quería romper mi short. Tomándome mi tiempo, me baje el pantaloncito y liberé mi monstruo. No quería mostrárselo por que yo sabía que en cuanto lo viera no querría saber nada de coger.
Le unté mucha saliva en el culito y en la cabeza de mi pija y abriéndole los cachetes al máximo, apoyé la cabeza en ese rosado agujerito que latía caliente. Lo bueno de mi pija es que a pesar de tener tamaño grande, la cabeza es puntuda y un poquito más fina que el tronco, eso facilita la entrada, aunque luego se hace sentir. Y probe con un pechón y la cabeza se perdió dentro de esos vírgenes pliegues, ella solo suspiró y gimió un poquito, yo aprovechando la sorpresa empujé otro poco y unos cinco cms entraron y allí ella gritó, pero yo no haciendo caso a sus gritos, le entré otros diez cms. Allí mi pija se trabó, ya no iba ni venía, es como si me hubiera abotonado. Sofía tenía apresado mi miembro con su esfinter, no me quedaba otra que meterla toda y así fué, se la topé hasta el fondo, mis huevos pegaron en sus cachetes y ella gritaba y gritaba, que se cagaba, que le dolía, que no quería más, y yo comencé a serruchar ese culo, le sacaba quince cms y la emporronaba hasta el tronco, ya luego de cinco minutos, no gritaba, solo gemía suavecito, yo serruchaba fuerte, y de repente Sofía larga un gemido largo y se corrió en un orgasmo increíble, le corría por sus piernas los jugos vaginales, se la saqué del culo y se la frotaba en la concha, ella solo se hamavcaba al ritmo de mis idas y venidas, cuando tube la pija lubricada con sus jugos, se la metí de una, los 25 cms hasta el tronco, ella volvió a gritar, pero solo decía, dame más, más y más, fuerte, y mientras ella volvía a acabar yo le llené el culo de semen, era chorro tras chorro, y me quedé dentro de ella hasta que mi poronga se ablandó y quedó morcillona. Cuando se la saqué, ese agujerito rosado, estaba rojo y abierto al máximo. La leche le escurría. Sofìa miràndome entre sus pestañas lagrimeantes, me dice, sos malo, me doliò mucho. Y con una pequeña sonrisa me comenta, lo estaba esperando, cuando lo hacemos de nuevo? Quiero que me rompas la conchita!!1. Sin decirle nada, la hice arrodillar y presentàndole la verga a su boca, abrièndole los labios, empecè una paja con sus labios. Ella solo me mira con esos ojazos y sonrìe. La verdad es que no le diò miedo cuando la tuvo enfrente, es màs, la tomò con ambas manos y curiosamente realizò un estudio visual de mi verga, para luego atacarla con unos pequeños mordiscos. Continuarà.......

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