Pareja liberal follando

03/02/2017

Tanto mi novio como yo éramos muy liberales y fogosos. Nos encantaba probar cosas nuevas
y ya habíamos hecho algún trío, pero siempre con otra mujer. Un día me levanté
especialmente juguetona y cachonda y le dije que ese día haríamos un trío con otro hombre,
a lo que me respondió que estaba de acuerdo. Le dije que no podía tener celos, que me iba a
hacer de todo, y me respondió que le encantaría verlo.
Buscamos en la red y pronto encontramos a un hombre atractivo y bien dotado dispuesto a
venir a nuestra casa y darme placer junto a mi novio. Quedamos para ese mismo día y yo ya
empecé a excitarme solo con la idea. Me preparé para la ocasión, totalmente depilada y con
mi lencería más atrevida y cuando llegó le invitamos a una copa de vino y nos sentamos en el
sofá a hablar. Le explicamos que podía hacerme lo que quisiera, que nos iba absolutamente
todo, y se notó su gran alegría al decírselo.
No llegamos ni a la habitación, en el propio comedor empezaron a desnudarme entre los dos
y a besarme por todas partes. Mi novio me puso las esposas y empezó a lamerme el chochito
para hacerme entrar en calor. Mientras, el invitado me besaba las tetas y mordisqueaba mis
pezones. Al poco tiempo estaban los dos muy calientes y se sacaron el pene para empezar a
rellenarme como yo les suplicaba.
Fuimos a la cocina, pues había un gran ventanal por el que nos podían ver los vecinos de
enfrente y eso me ponía muy perra. Me recosté de frente en la mesa, de manera que la
atravesaba por completo, y mi novio empezó a penetrarme por detrás. El invitado se puso
delante y me metió su pene en la boca para penetrarme también. Yo no podía moverme, tenía
las manos esposadas en la espalda y estaba a su merced. Y me encantaba.
Estuvimos un buen rato en esa posición, con ambos penetrándome por arriba y por abajo, y
yo cada vez estaba más y más caliente. Mi novio supo que era momento de cambiar, así que
paró y me cogió en brazos para seguir follándome y llamó a nuestro invitado para que me
rellenara también por el otro lado. Él vino, obediente, y primero me lamió el ano para
lubricarlo y hacerlo más grande con la lengua. Empezó a meter dedos hasta que casi había
metido toda la mano y supo que era momento de clavármela hasta el fondo.
Me clavaron los dos penes a la vez y me subían y bajaban entre ambos para entrar y salir de
mí a gran velocidad. Era un sueño hecho realidad. Abrí los ojos y pude ver a un vecino
asomado a su ventana y mirándonos con gran deseo y lujuria. Recuerdo que pensé que le
invitaría a unirse otro día, en ese momento tenía todo lo que necesitaba. Cuando hube
alcanzado el clímax varias veces, decidieron que era el momento del gran colofón final.
Me pusieron en el suelo de rodillas y con la mejilla contra el suelo, pues no podía ponerme a
cuatro patas al tener las manos esposadas. Primero el invitado, por educación, empezó a
taladrarme el culo a gran velocidad hasta que explotó y me llenó con su leche. Luego mi
novio hizo lo mismo y al terminar el líquido me rebosaba y me caía por los muslos. Estaba
totalmente satisfecha, quedamos que lo repetiríamos.

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    1 Comentarios

  1. Los intercambios de parejas son unos relatos eróticos muy excitantes y morbosos

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