Mi tío político
28/10/2018
Vivía con mi abuela, mi madre y 2 tías. Desde muy niño tenía este tipo de gusto, cuando me quedaba solo en casa aunque fuera solo una hora entraba al cuarto de mi tía más sexy y probaba su ropa interior, ella solía usar tangas pero definitivamente lo que más le gustaba era los hilos tenía mucha variedad, recuerdo que tenía uno muy muy pequeño tanto que se ajustaba muy bien a mi culito de 9 años, teniendo un poco más de edad unos 11 tal vez 12, llegue a mas, usaba aquel hilo que tan bien me quedaba sus jeans ajustados y por supuesto sus tacones, mi abuela tenía una peluca misma que añadía a mi vestimenta y lo que no podía faltar, pintura de labios.
Tiempo después de ya estar tan acostumbrado a la ropa de mi tía sexy, decidí hurgar en la habitación de mi otra tía ella no era nada sexy pero aun así tenia curiosidad; ella no tenía tangas mucho menos hilos, solo cacheteros que no me excitaban en lo más mínimo pero para mi sorpresa en el cajón de la ropa interior estaba escondido un pene de goma de unos 18cm, no puedo describir la manera en la que se abrieron mis ojos cuando vi eso. Aunque me emocione mucho lo primero que hice fue guardarlo y dejar todo como estaba pero en los siguientes días no hacía más que pensar en usarlo, a fin de cuentas comencé a pensar en que si me gustaba sentirme mujer no sería suficiente solo con vestirme también quería sentir lo que sentía una mujer al ser penetrada, aunque fuera por el culo. Aunque lo tenía decidido eran pocas las veces que me quedaba solo y no se había presentado ninguna oportunidad para volver a hurgar en la habitación de mi tía no-sexy.
Aun así la curiosidad por ser penetrado crecía y decidí empezar con otra cosa. Lo primero fue con el mango de un cuchillo debo decir que como primera inexperta vez fue fatal. La sensación no fue placentera sin embargo era algo diferente y quería mas aunque termino llenándose de eses y ahí acabo la sesión. En el baño había una regadera de ducha vaginal y de más esta decir que desde ese momento comencé a usarla en mi culito para que no volviera a pasarme nunca lo mismo. Cada vez que me duchaba la utilizaba hasta que perfeccione por completo mi limpieza anal.
Ya el mango de un cuchillo no me era suficiente así que subí de nivel y utilice el desodorante de mi madre, luego con cosas mas grandes cada vez. Cuando tuve la oportunidad volví a entrar al cuarto de mi tía y agarre ese pene de goma era mucho más grande que el desodorante pero su forma me hacía sentir que aun así podría penetrarme, entre el lubricante y mis manos temblorosas no podía lograr que entrara hasta que note la forma de su base, era de los que podía pegarse de alguna superficie como si fuera un chupón de baño. Corrí a la cocina que tenía cerámicas y más espacio que el baño. Lo pegue a la altura de mi culito estando en 4 y solo tenía que empujar mi culo hacia atrás, me sentí como una puta queriendo ser penetrada. Hasta que lo logre, me moví hacia adelante y hacia atrás y no pude evitar gemir, mis gemidos salían solos. Tuve un extraño orgasmo como si fuera anal pero a la vez normal ya que eyacule. Me levante limpie todo y lo guarde dejando todo como estaba.
Recuerdo que un tiempo después, estaba yendo a la casa un albañil, yo tendría unos 13 o 14 cuando eso. el le estaba re modelando el baño a mi abuela.
Era un señor algo mayor un poco raquítico y con algo de calvicie nada atractivo la verdad pero era un hombre! Y yo moría de ganas por que un hombre me follara aunque fuera un vejete, tenía pene y yo tenía 14 años con un culito blanquito impecable y respingón pero había solo un problema, nunca me dejarían solo con él y eso haría imposible que en caso de provocarlo él se metiera en mi cuarto a follarme pero algo tenía que hacer.
La puerta de mi habitación estaba al lado del baño, así que un día la deje entre abierta, casi cerrada la verdad, me desnude y me coloque una franela de deporte del colegio que me quedaba igual a una bata corta, busque la crema de mi madre que yo utilizaba como lubricante y comencé a jugar con mi culito mientras me imaginaba como tendría el pene o que me follaba con ese olor a pego de cerámica. Con mi culo de frente a esa pequeña abertura con la que deje la puerta de mi habitación, si no me iba a follar al menos yo tendría el morbo de sentir que quiere follarme.
Estaba claro que le gustaba puesto que al salir de mi habitación se quedaba mirándome más de lo normal y cuando pasaba me miraba el culo y eso me encantaba! Me sentía como una hembrita codiciada, recuerdo que hice eso varias veces con el pasar de los días hasta llegar a un punto en el que sabia que yo lo hacía con toda intención de que me mirara aunque nunca hablamos nada sobre eso había complicidad.
Pasado un par de meses el dejo de ir puesto que había terminado con su trabajo pero recuerdo eso como mi primera experiencia con un hombre.
A la edad de 15 años, ya mi tía sexy tenia tiempo que se había casado y mudado, mi tía no-sexy había traído a su marido a vivir a nuestra casa, mi abuela se lo permitió supongo por ser su hija menor y favorita, ella tendría ya unos 35 tal vez mas y el ya unos 50 y tantos, aunque tenía canas su manera de ser era bastante jovial o mejor dicho poco seria para su edad. Note que el demostró un extraño interés en conocerme lo vi como algo normal ya que estaba llegando a la familia pero él no me caía bien así que siempre lo trate normal.
Un día estábamos en casa el, su esposa y yo. Ellos estaban en su habitación, yo en la pc de la sala en la cual en uno de los estantes de su mesa está el teléfono de la casa, llamaron y preguntaron por el así que toque su puerta y le dije que lo llamaban. Mientras él hablaba se paro a mi lado muy cerca y me puse algo nervioso; note que no dejaba de mirarme y unos minutos después saco su miembro y comenzó a tocárselo ahí prácticamente al lado de mi cara, yo me quede paralizado en un estúpido intento de hacer que no había visto nada cuando por instantes miraba de reojo, su miembro no era nada feo y ya comenzaba a erectarse mientras él hablaba como si nada, una vez erecto lo acerco a mi boca y yo como un tonto haciendo que no me había dado cuenta hasta que mi cuerpo y mi cerebro me traicionaron he hice un fugas gesto de mojar mis labios con la lengua fueron mili segundos pero él lo noto, pego el glande de su miembro a mis labios y no pude evitar abrir mi boca con cara sufrida como si me estuvieran obligando cosa que no estaba pasando; con una mano en el mouse y la otra en el teclado le estaba chupando su miembro. Estaba muy excitado y quien sabe qué clase de ideas retorcidas corrían por su mente que perdió el hilo de la conversación por teléfono y le dijo a su amigo que tenía que resolver una cuestión y que luego lo llamaría. Apenas cuelga me dice:
- Ya sabía que eras maricon desde la primera vez que te vi
Yo deje de chuparla y lo mire entre asustado y apenado a lo que continuo diciendo.
- Qué? Ya es tarde para arrepentirse sigue que yo sé que te gusta
Pero no fue hasta que me dijo “abre” que sin pensarlo ni poder evitarlo abrí mi boca y deje que me la metiera otra vez y se la seguí chupando, yo estaba muy excitado y además tenía una nueva sensación en mí que era la de sentirme dominado, de pronto me saco su miembro de la boca y se lo guardo; me dijo “después seguimos maricon”. Luego note que recordó que su esposa estaba en la habitación. Cuando se fue yo estaba consternado y solo me preguntaba “que he hecho” y retumbaba en mi cabeza esa frase de “ya es tarde para arrepentirse”. Era verdad, que pasaría? Le contaría a alguien? A su esposa no le diría lo que paso pero y si comenta algo?
Mis miedos y suposiciones estaban muy lejos de lo que en realidad pasaría y me atrevo a decir que eran muy ingenuas también ya que ese hombre tenía unos planes para mí que mi mente no era capaz de imaginar.
Continuara...
yo también me ponía braguitas y me penetraba cuando era pequeño
1 Comentarios
Otros relatos que podrían interesarte