Los Pies De Mi Amigo Edgar.
22/04/2018
Hola, me llamo Eduardo, soy Fetichista De Pies, tengo 19 años y hoy les contaré la primera experiencia que tuve con los pies.
Yo tenía en ese entonces 14 años y recuerdo que fui a casa de mi mejor amigo Edgar a jugar videojuegos, recuerdo que llegué y nunca había prestado atención a sus pies, ya que casi siempre andaba en tenis, pero ese día traía puestas unas sandalias que dejaban ver sus pies, que en realidad no eran nada feos.
Cuando entré a su casa el ya tenía todo listo para empezar a jugar, entonces se quita las sandalias y se sube a la cama, ahí fue donde pude ver mejor sus pies, ya que vi toda la planta de sus pies, y no se porqué, pero me empecé a sentir un poco excitado y atraído por sus pies, en ese entonces estaba de moda el FIFA 13 e íbamos a echar un partidito, así que para hacerlo más interesante le propuse que el que perdiera el partido iba a tener que lamer completitos los pies del que resultara ganador, cosa que el aceptó, ya que no sabía nada de mi atracción por sus pies y lo tomó solamente como una apuesta.
Obviamente yo quería que el ganara, así que disimuladamente me deje perder para poder cumplir mi fantasía de chupar sus pies. Cuando acabó el partido el festejó como loco y me dijo: Ahora cumple tu castigo y chupa completitos mi pies. Para que no se diera cuenta que me gustaron mucho sus pies, yo hice como si me diera asco, pero por dentro estaba muy feliz. Así que me puse de rodillas en el suelo y tomé uno de sus pies, haciendo como que me daba asco, chupé rápidamente su planta y el me dijo: Los tienes que lamer completitos, así que no me aguanté más y empecé a lamer apasionadamente sus pies, cosa de la que se dio cuenta y me pregunta: ¿Por qué los chupas como si te gustaran? ¿No te daba asco lamer mis pies? A lo que le respondí: La verdad nunca había visto tus pies, y la verdad es que me encantan, yo hice la apuesta y me dejé perder a propósito para poder chupar tus pies porque la verdad también me excitan mucho. Yo pensé que lo iba a tomar a mal y que ya no me dejaría chupar sus deliciosos pies, sin embargo me sorprendió que me dijera: Pues la verdad me gusta que me chupes así los pies, puedes seguir haciéndolo si quieres.
Yo me puse muy contento y empecé a chupar sus deliciosos pies, primero chupé sus talones después sus plantas y por último sus deditos, entre más lo hacía más me excitaba y no quería que mi amigo se diera cuenta, sus pies estaban un poco sudados y olían un poco a las sandalias, cosa que me puso a cien, pensé que solo se limitaría a disfrutar de lo que yo estaba haciendo con sus pies, pero me di cuenta que se empezó a excitar ya que cerraba los ojos y se empezaba a tocar su pene por fuera, así que le dije: ¿Te gusta? Y me dijo: Si, le pregunté: ¿Estás excitado? Me dijo: Si, ¿Me puedo masturbar? Le dije claro que sí! Yo también estoy súper excitado.
En eso los dos nos quitamos los shorts y los boxers y le dije que si me masturbaba con sus pies, a lo que me dijo que sí, le expliqué como hacerlo, escupió sobre mi pene y empezó a masturbarme de la mejor manera que haya podido experimentar, sentía un placer enorme, cuando sentí que estaba a punto de venirme le dije que parara ya que quería seguir disfrutando ese momento, al rato los 2 ya estábamos completamente desnudos y acostados en su cama, cuando se me ocurrió decirle: ¿Quieres chuparme los pies tu a mí? Me dijo que nunca lo había hecho pero que estaba bien, así que nos acostamos los dos a los pies del otro y empezamos a lamernos los pies, cuando chupó los míos dijo que era la mejor sensación que haya podido probar, después me dijo que si lo masturbaba yo con mis pies y le dije que si, lo empecé a masturbar, dijo que era un placer enorme el que sentía cuando mis pies iban de arriba a abajo sobre su pene, tanto fue el placer que sentía que se corrió sobre mis pies, y después yo le pedí que me masturbara con sus pies y después de un rato yo también me corrí sobre los suyos.
Después prometimos no contarle a nadie sobre lo que pasó y que lo seguiríamos haciendo cada que yo fuera a su casa y el a la mía, siempre y cuando estuvierámos solos.
Luego me despedí de el besando sus pies y me fui a mi casa pensando en lo bien que la había pasado junto a mi amigo Edgar.
Espero les haya gustado mi relato, pronto subiré más de los pies de mi amigo Edgar y de los pies de mis tías.
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