Giro inesperado

20/07/2017

Hola mi querido lector, hoy voy relatarte unos hechos ocurridos hace unos meses y totalmente ciertos. Por privacidad y sentido común, omitiré los nombres verdaderos, tanto de las personas implicadas, como de los lugares en los que ocurrió.
Este es el relato de una pasión latente, que se mantuvo oculta por mucho tiempo, hasta que por cosas del destino, se hizo realidad.

Empezó todo una mañana tranquila, tenía el café a medio beber encima de la mesa, y montones de papeles por todos lados, anotaciones textos y libros, un desastre, pero me organizaba dentro de mi propio caos. La mujer de la limpieza llegaba poco después, venia solo dos veces por semana, y la verdad es que sin su ayuda me rompería mi rutina, por no decir que soy un despistado y mi mente un hervidero en ebullición constante, que me aparta de la realidad más de lo debido.
De manera inesperada aquella mañana, llamaron al timbre y la mujer de la limpieza atendió el interfono, a vivo pulmón, una costumbre muy sana en las zonas rurales, por lo que me enteraba de la conversación desde mi despacho - ¿Quién es? – a lo que respondió la visita -soy tu hermana- Que es tu hermana dijo mi asistenta , ¿mi hermana? Dije yo, eso dice, y por el interfono, que no!!! Que soy tu hermana, en fin si que era la hermana “de la asistenta”.
Entro charlamos y ya concreto los detalles de un encuentro familiar, con su hermana (la asistenta) yo permanecí callado mientras comparaba la diferencia, de físico que había entre las dos, que siendo hermanas se parecían poco. Mi asistenta y amiga desde mi adolescencia, era una mujer bajita, y como calificarían algunas malas lenguas, abotijada.
Rubia y de ojos celestes, ni guapa ni fea un rostro normal y un corazón de oro, su hermana pequeña por el contrarío, era alta, de mi estatura para ser mas concretos 175, ósea 20 centímetros más alta que su hermana mayor, rubia también y con larga melena y figura esplendorosa, una cintura muy marcada, grandes pechos y bien firmes, unas piernas largas y torneadas y un trasero de los que dejan con la boca abierta a cualquiera con testosterona en el cuerpo.
Hacia mucho tiempo que no la veía, la verdad es que siempre me gusto, pero se hecho novio antes de que le salieran los dientes, y se caso con el, así que para mi forma de pensar eso era terreno muerto.
Sin embargo verla así tan cerca y con tan poca ropa, me dio un poco de calentura y recordaba cuando estaba soltera, me dije eso pasa por respetar que tuviera novio, en fin yo y mis principios, aunque con el tiempo, los principios los he ido achicando y deteriorando, más que nada por no joderme la vida yo mismo. Ni que otros hagan otro tanto conmigo.
En fin, cuando se marcho la hermana (de la asistenta) se me ocurrió ser descarado, y mientras doblábamos las sábanas le pregunte si tenía fotos de su hermana en bikini.
Pensé que me daría con un cojín pero no, me dijo que en otro teléfono si tenía pero se le borraron, y me enseño otras más normales diciéndome lo fea que era, que si que nariz y esas cosas, que si estrías, a lo que le decía que no, que era muy guapa y me la follaría más que encantado, que no me importaría ponerle los cuernos a su cuñado. Ella se echo reír, la verdad que no entendía muy bien porque, quizás porque para mi aquella forma de hablar y decir las cosas era algo muy privado, mucha intimidad tenía que tener para poder hablar así con alguien y supuse, que le hizo gracia verme hablar así. O quizás por motivos que desconozco, aunque sabía que no le caía muy bien su cuñado.
Los días pasaron y aquella conversación, cayo en el olvido, o eso pensé yo. Pero mi vieja amiga (la asistenta) había tomado buena nota, y maquino todo un plan, que me cogio por sorpresa.
Cuando vino nuevamente, yo ni me acordaba de aquello, pero tomando café y fumando un cigarro, agarro su celular y empezó a enseñarme fotos de su hermana, ¿en bikini? Madre mía si eran unas hebras de hilo, me preguntaba que me parecía, si me gustaba, a lo que yo asentía, pero ya en mi línea de cortesía y educación, sin embargo mi cuerpo hablaba de otra manera, al levantarme mi erección era más que evidente, mi amiga callaba, pero tenía una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja, no dijimos más del tema, aunque supongo que ya estaba todo dicho. Me imaginaba que le iría con el chisme, de cómo me había empalmado viendo sus fotos, pero bueno de eso a más, sabido es que soñar es gratis.

Y si que soñaba si, cada vez que me acordaba tenía una erección, y terminaba masturbándome imaginándome con ella teniendo sexo, me producía una gran excitación y a cada eyaculación disparaba mucho más semen de lo habitual, me excitaba de verdad aquella mujer, ¿o era otra cosa?. Empecé a preguntarme si la cantidad de semen que soltaba, era por su cuerpo o por el morbo, de cómo llegue a esa situación.
No le di demasiadas vueltas, de todos modos quedaría en nada o eso pensaba yo en aquel tiempo.
Un buen día me llego a mis redes sociales una petición de amistad, era la hermana pequeña de mi asistenta, por supuesto acepte sin pensarlo dos veces. Poco a poco fuimos hablando con asiduidad y tomando más confianza, hasta el punto de hablar de todo sin tapujos, algo que me excitaba muchísimo y sus fotos sinceramente impedían el riego sanguíneo de mi cerebro. Ya para entonces fantaseaba sin parar con ella, algo que mi asistenta parecía saber sobradamente, y también empezamos a hablar de temas que nunca habíamos hablado, era una mezcla extraña de sensaciones, porque la conocía desde hacia muchos años, la mayor parte de mi vida y también a su marido, que era mi amigo y el que siempre me pareció una persona estupenda, aquello me sobrepasaba un poco. Yo notaba que nuestra amistad de tantos años estaba cambiando y aunque me gustaba, me hacía sentir mal, sentía un cierto alivio por el hecho de que yo no tenia ninguna relación y no estaba engañando a nadie (salvo que era cómplice de un delito moral) . Le estuve dando tantas vueltas a aquello, que no conseguía dormir por las noches. Me replanteaba mi vida y pensaba en la mala suerte que siempre tuve con el sexo opuesto por principios. Al final llegue a la conclusión de que o aprovechaba aquella oportunidad o mi vida la recordaría tan emocionante como la de una hormiga, sin pena ni gloría y me dije, pues por algo de gloria aunque sea para recordar.

Cuando tuve oportunidad le pregunte a mi amiga que sabía, de lo que hablaba con su hermana, y esta al parecer le contaba casi todo, y me estaba dando cuenta de que le ponía esa situación y se lo pregunte sin más, a lo que riendo decía que si. Al parecer ambas estaban épocas de sequía con sus maridos, y lo que por desgracia pasa muchas veces, que del más grande amor se pasa a una relación fría y aburrida con los años. Así que se contaban sus penas y bromeaban con picardías para animarse, y yo era el aliciente morboso de la situación sin saberlo.
Sobra decir que me empalme, mi amiga me miraba sonriendo sin decir nada, y sin más que pensar me baje el pantalón dejando mi polla bien dura y mis huevos a su vista, ella abrió la boca exclamando un wwoow bien sonoro, sin decir más me agarro la polla empezó a masturbarme apoyado contra la pared, mi polla palpitaba de la excitación, estaba realmente dura y caliente, ella apretaba con su mano desplazando la piel hacia atrás y aflorando mi rojo capullo, mientras con la otra mano me acariciaba los huevos, fue delicioso y morboso, no era solo por el sexo, era por algo prohibido, un secreto que solo nosotros conocíamos y que nos unía en una especie de hermandad secreta que nadie más sabría jamás (salvo probablemente su hermana) pero aquello lo hacía aún más excitante si cabía. Le baje la minifalda y las braguitas de un tirón, y la monte en el pollo de la cocina, separe sus piernas y roce mi polla en su coñito rosado que estaba tan caliente como una sartén al fuego, casi me corro de la sensación pero me apreté la polla fuerte para impedirlo, y cuando note que estaba controlado se la metí de un golpe fuerte hasta los huevos. Me quede quieto mirándola a los ojos, mientras sentía más y más placer, la saque despacio y le embestí otra vez con fuerza, esta vez besándonos, y mientras nuestras lenguas se enredaban sin parar, empecé a follarla cada vez más rápido jadeándonos en la boca y quemándonos entre las piernas, fue realmente excitante y sin poder controlarme , me corrí dentro de su coñito descargando una gran cantidad semen , ella se había corrido mas veces, y me aferraba con sus brazos para que no le sacara mi polla que estaba palpitando dentro de su vagina, me agarro la polla y la saco despacio, limpiando el semen con su mano, hasta que una mezcla de sus fluidos y los míos se derramaron en el suelo de la cocina, se llevo la mano a la boca y saboreo mi esperma, no la había visto tan feliz en años.

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