Familia muy singular, parte 3

17/04/2018

Antes que nada, pido perdón por las faltas de ortografía cometidas en la parte 2, es que estaba demasiado excitado.
Por herencia de mi mujer, tenemos una quinta modesta lejos de la ciudad, con piscina y buena churrasquera para los asados.Tiene, además, tres dormitorios.
Mi hija Marina propuso: - Este fin de semana vamos a la quinta! - Y así organizamos. El viernes a la tarde llegamos y mis dos mujeres arreglaron y limpiaron la casa, llenaron con bebidas la heladera y se pusieron muy lindas. Al anochecer apareció su novio Lautaro con tres amigos. Sí! con tres amigos.
El asado estuvo estupendo, las bebidas exquisitas y la charla y los modos de los jóvenes muy interesantes.
En un momento, Marina se levanta de la mesa y al rato vuelve con una bikini que provocaba gemidos de los demás.
Se sienta entre los amigos de Lautaro que sonría con esa carita de depravado que tan bien le sienta. Los nombres de los jóvenes: Germán; Luchi y Nicolás.
Mi mujer se levanta y exclama: - Ah! No! Mi hija no va a ser más putita que yo!!! -
Levanta su pollera, de tela liviana y muchos colores y muestra que estaba sin bombacha y exhibiendo su hermosísima conchita. Fue como si una esplendorosa explosión anunciara el inicio de una gran orgía.
En un segundo, todos los varones estábamos en bolas, con las pijas bien paradas. muy cerca de la churrasquera y la mesa de la cena había una hermosa hierba bien cuidada y los 7 nos revolcábamos en ella locos de deseo y lujuria. En un abrir y cerrar de ojos las dos mujeres tenían tremendas doble penetraciones mientras yo me hacía una paja de campeonato. Los muchachos, con esa energía de sus pocos años, eran un verdadero manantial de semen que mis mujeres cargaron en sus vaginas, sus culos y sus bocas. Las dos, desatadas totalmente, gemían, gritaban, hacían que sus bocas parecieran de un demente sexual. Pedían, exigían, insultaban, se maravillaban de los tamaños de esas vergas enormes que yo no se donde heredaron esos sujetos. La boca de mi mujer rivalizaba con su culo en recibir acabadas de uno o de otro macho. Yo me mantenía a la espera de lo que pasara mientras me lubricaba el dedo mayor de la mano derecha y me lo metía hondo en el culo. En un momento, Lautaro me dice: - Qué te parece viejo si nos cojemos los dos juntos a la puta de tu hija? - Así hicimos. ël se puso por detrás y yo por delante. Le reventamos la concha entre los dos y ella deliraba de placer mientras que los - Hijos de mil putas!!- Se repetían, se aunaban a los: - Preñenme, pajerOS!!!! -
Germán tenía a mi mujer clavada por el culo hasta las bolas, Nicolás la cogía como un endemoniado y Luchi hacía que deguste su leche por la boca. A la pobre puta no le quedaba agujero sin tapar.
Paramos un rato, bebimos unas cervezas sacadas del frizzer y nos pusimos a contar cuentos verdes (todos sobre sexo). En un momento Lautaro les dice a sus amigos: Gustavo tiene el culo recién roto, no podemos dejar que se le vuelva a cerrar. Los cuatro se pusieron en la faena de cuidar mi roto culo con sus vergas. Mi culo se abrió, lleno de leche, mi boca probó esas increíbles acabadas, me saqué el gusto de lamer todas y cada una de esas porongas. El dolorcito que aún sentía en mis tripas y vientre se intensificó y supe que duraría otro tiempo más, para mi felicidad. Ahora ya sabía que era totalmente degenerado y que me gustaban tanto las mujeres como los hombres. Ya estaba listo para cualquier evento, por más promiscuo que fuera.

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    1 Comentarios

  1. Jonathan dice:

    Me encantaría unirme a ustedes soy muy caliente y tengo una verga grande y con mucha leche

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