Mi dulce hermana Verónica
26/09/2017
Mi nombre es Javier tengo 20 años y estoy a punto de ingresar a la Universidad, mi familia está compuesta por mis padres y mi hermana menor por dos años de nombre Verónica, una hermosa chiquilla que además es mi mejor amiga, somos muy unidos y siempre hemos estado pendientes uno del otro.
El día de hoy mis padres me hicieron una comida especial como festejo por estar a punto de convertirme en todo un universitario, mi madre siempre ha sido buena cocinera y me obsequió con sopa de mariscos, camarones a la diabla y huachinango a la veracruzana, toda una delicia.
También mi hermana Verónica lucia radiante con un ceñido vestido con hombros descubiertos que dejaba apreciar cómo se estaba convirtiendo en una hermosa mujer, estaba feliz y no dejaba de felicitarme y decirme que era su ejemplo a seguir, nuestros padres desbordaban orgullo por sus dos queridos hijos.
La comida transcurrió entre bromas y un sano ambiente familiar, finalmente y por ser un día especial mi padre nos sirvió a mi madre y a mi un caballito de tequila como aperitivo, al final terminamos tomando cuatro cada uno y como consecuencia a mi poca experiencia con bebidas espirituosas me sentí algo mareado pero con una agradable sensación.
Debido a lo abundante de la comida y el tequila que circulaba por mi cerebro les dije a mis padres que me iba a recostar un rato porque me sentía algo somnoliento, le di un beso de agradecimiento a mi madre y me retiré a mi recámara.
Cuando por fin desperté sentí que mi cabeza daba vueltas y tenía la boca seca, mire el reloj y vi que eran las 11:30 p.m., había dormido demasiado y ya era noche, salí de mi cuarto buscando el baño para lavarme la cara y boca para recobrar la estabilidad de mi consciencia, la casa estaba en penumbras, mis padres ya se habían acostado y supuse que mi hermana Verónica también se encontraba en un sueño profundo pero escuché ruido de música que venía en dirección de su cuarto y me aventuré a investigar que ocurría.
Su puerta estaba entreabierta y permitía el paso de la suave luz de su lámpara de noche, se escuchaba música de banda lo que me sorprendió ya que mi hermana solo escuchaba música popera, la curiosidad me venció y empujé suavemente la puerta que se abrió hasta la mitad y pude ver a mi hermana sentada en su cama con un caballito de cristal en la mano, la botella de tequila en el piso junto a sus pies viendo videos en su pantalla plana mientras cantaba animadamente la letra de la canción.
Al descubrirme me sonrió pícaramente diciendo que por fin había vuelto a la vida, dando palmaditas en su cama para que me sentara a su lado, al preguntarle qué había pasado me contó que cuando me retiré a mi recámara mis padres continuaron bebiendo tequila hasta que terminaron la botella y abrieron esta otra, señalando la que tenía en el piso, pero que solo pudieron con un caballito más antes de caer completamente noqueados en su cama.
Mi hermana me dijo que sintió curiosidad por saber que se sentía beber tequila, el primero caballito lo sintió como fuego líquido, el segundo como lija suave y el tercero le estaba produciendo calor en todo su cuerpo, apuró de golpe lo que quedaba en el caballito y rápidamente lo llenó hasta el borde ofreciéndomelo diciendo que debía tomarlo de golpe porque había hecho trampa al retirarme a dormir.
Cuando me acerqué para tomarlo pude sentir su aliento cálido saturado de alcohol, como una reacción involuntaria y totalmente ajena a mi voluntad mi pene se tensó en una erección violenta que me provocó algo de dolor, esto era inconcebible por tratarse de mi hermana así que no le di importancia y de un solo trago vacíe el caballito para tranquilizar mi cuerpo.
Mi hermana lo celebró sonriendo, aplaudiendo y dándome un beso en la mejilla que nuevamente hizo que mi miembro se endureciera bajo el pantalón. Pude notar la mirada dilatada de mi hermana y algo de rubor en sus mejillas, señal inequívoca de los efectos del alcohol, le pedí que ya dejáramos el tequila y nos dedicáramos a descansar pero ella rió y volvió a llenar el caballito ofreciéndomelo porque según ella iba atrasado, lo volví a tomar de golpe y esta vez me recorrió un calor reconfortante por todo mi cuerpo a lo que dije qué diablos, y esta vez ambos volvimos a tomar un caballito cada uno.
Al terminar el trago mi hermana me abrazo por el cuello y me dijo que estaba muy feliz por mi y que me quería mucho, yo correspondí su abrazo y le dije que también la quería muchísimo, permanecimos abrasados por unos cinco minutos diciéndonos cuánto nos queríamos y apretando y aflojando la fuerza del abrazo hasta que nos dimos algo de espacio quedando nuestras caras apenas rosándose y sin mediar palabra, sin saber cómo o porqué, unimos nuestras bocas en un muy profundo beso.
Yo estaba aturdido por el tequila pero aún así era consciente de que estaba besando en la boca a mi hermana, sabía que eso estaba mal, no podía ser, pero al mismo tiempo, tener la suave y dulce lengua de mi hermana moviéndose frenéticamente hasta el fondo de mi boca era una sensación que no iba a rechazar.
Nos besamos desesperadamente, por momentos chupaba su lengua hasta que sentía que se la iba a arrancar, después empujaba la mía hasta lo más profundo de su garganta mientras sentía como su saliva la empapaba aturdiendo más mis emociones.
Comencé a bajar y subir mis manos recorriendo su cuerpo hasta sus caderas, al sentirla jadear puse mis manos en sus pechos frotándolos a lo que reaccionó con un suspiro que acabó con toda mi cordura y comencé a besar su cuello y chupar los lóbulos de sus orejas, aquello hizo que mi hermana se estremeciera y me comenzará a besar de la misma manera, no pude más, le dije te amo hermanita y metí mis manos debajo de su vestido.
El contacto directo de su piel detonó mi deseo de poseerla y de inmediato le saqué el vestido por arriba de su cabeza, no tenía sostén así que comencé a devorar sus pequeños pero hermosos pezones, mi hermanita temblaba y gemía y enterraba sus dedos en mi pelo, aprisionando mi cara sobre sus pechos.
Necesitaba sentir su sabor por lo que la acosté sobre su cama, bajé su tanguita, separe sus piernas y sin miramientos ataqué con mi lengua su vagina, mi hermana se tensaba y gemía de placer mientras succionaba sus labios vaginales y le introducía mi lengua tocando todo a su alrededor, pero cuando comencé a chupar su clítoris, se sacudió violentamente alcanzando un orgasmo agónico y prolongado, yo lo recibí loco de lujuria, me estaba bebiendo la venida de mi hermana.
Cuando terminé de beber todos sus jugos mi verga me exigía, cual navaja de matarife, apuñalar la vagina de mi hermana, así que rápidamente me acomodé entre sus piernas y de una sola violenta estocada mi falo entro por completo al interior de mi hermana, al sentir la braza ardiente de carne que la invadía tan violentamente Verónica ahogó un grito de dolor, aquel pequeño pene que había visto cuando éramos inocentes infantes hoy se había convertido en una gorda y poderosa verga que taladraba sus entrañas.
Comencé un movimiento pélvico vigoroso y constante que ocasionó las lágrimas de mi hermana pero también unos jadeos que fueron aumentando de intensidad, aquello fue demasiado y aumentando aún más la intensidad de la tremenda cogida que le estaba dando, mi verga disparo un poderoso chorro de esperma que inundó las entrañas de mi hermana, al sentir mi venida Verónica alcanzó un nuevo orgasmo soltando de nuevo sus jugos mismos que se mezclaron con mi semen.
Entre convulsiones los dos quedamos completamente rendidos, agotados, nuestros sexos estaban batidos y goteaban gruesas gotas de nuestra mezcla de fluidos pasionales, aún respirábamos con dificultad tratando de recuperarnos aún con mi pene a media erección aprisionado dentro de su húmeda vagina cuando escuchamos que la puerta se abrió de golpe y vimos cómo nuestros padres nos observan con los rostros desencajados.
Y luego que paso cuentame gabriel2808@live.com
Que paso despues!
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