Cuando dos quieren follar, follan.

25/07/2017

Después de aquello, no hacía más que pensar en lo que paso. Ya no podríamos tener una relación normal sin sexo, y tanto ella como yo esperábamos al siguiente día para follar otra vez.
Por otro lado su hermana pequeña ( Loli ) que así la llamaban todos, empezó a ir cada vez más lejos y cada vez más descarada en nuestras charlas. Ya no se andaba con rodeos y hablar de sexo conmigo, era lo normal día si día también, hasta que ya le dije mira vamos a quedar que no puede ser tanta calentura.
Como había sospechado mi asistenta ( Margarita ) le contó a su hermana lo que paso entre nosotros, y ella por algún motivo sentía que era injusto, no porque hubiera follado con su hermana, si no porque pensaba que era ella quien realmente me gustaba a mi, y que todo empezó por eso mismo porque me gustaba ella. Así que tenía una especie de punzada, porque su hermana se le adelanto. Ella debió de haber sido la primera y luego le prestaría el amante a su hermana. Yo no sabía cuando me había convertido en mercancía, pero lo cierto es que desde un principio quería follarme a Loli.
Lo malo es que no era tan fácil como con su hermana, que tenía un motivo distinto y respetable para coincidir conmigo. Pero como se suele decir, cuando dos quieren follar follan.

Como excusa, no muy buena que digamos, le dejo los niños a su madre porque tenia que ir a la ciudad a comprarles ropa, ropa que en realidad compre yo y estaba en mi casa. Así que disponía de toda la mañana y parte de la tarde para estar conmigo. No le dijo nada a su hermana, así ella tendría esa ventaja o venganza de follarme bien follado y no un polvo calenturiento, sin que ella lo supiera. No entendía como su marido podía ser tan idiota para hacerla sentir desgraciada, cuando yo la miraba veía una diosa hecha carne, y auque nuestro encuentro era para follar, yo temía y muy acertadamente, que antes o después me enamoraría de Loli.

Ese día me desperté temprano, o más bien apenas pude dormir por lo que iba a suceder, desde que desperté hasta que ella llego, pasaron horas con la polla palpitándome. Estaba tan excitado que temía venirme con solo verla.
Fuimos directamente a la cama, y verla desnuda era contemplar una obra de arte, me excitaba más y más por segundos, apoderándose de mi un ansia lujuriosa imposible de describir, no pensaba en nada, no podía, tan solo sentía la necesidad de hacerla nadar en mi semen.
De taladrarle el coño una y otra vez hasta que me destrozada la polla follándola, pero teníamos tiempo y nos abrazamos desnudos, besándonos con pasión, acariciando nuestros cuerpos, mi sexo duro contra el suyo. Baje con mis labios besándole el cuello, mientras ella me masturbaba agarrando fuerte mi polla y rozándola contra su coñito, mis manos acariciaban sus pechos, y tiraba de sus pezones con mis dedos, fui besando hasta ellos y los lamí haciendo círculos en sus aureolas. Los chupes con fuerza y los mordí suavemente, entre mis dientes los lamia sin parar, y ella suspiraba.
La tome entre mis brazos y la deje tumbada boca arriba sobre la cama, me puse sobre ella y agarre sus pechos mientras mi lengua lamia bajando por su abdomen y besando, deslice mis manos por sus caderas suaves y firmes, tenia estrías por los embarazos y lo que conllevan pero la hacían más hermosa, eran como tatuajes adornando su piel.
Mis manos llegaron a sus piernas y las separe acariciando sus muslos, me las puse sobre hombros y empecé a besar sus muslos, subiendo alrededor de su vagina, la acaricie con mi barba y frote mi rostro en su sexo mientras besaba las zonas circundantes.
El coñito totalmente depilado se me antojaba delicioso, estaba babeando por comérmelo, pero empecé lamiendo su ano con mi lengua y le di unos de mis dedos para que lo lamiera y ensalivara, después se lo metí por el repto, y mientras jugueteaba con el mi lengua se fue abriendo paso hacia arriba, separando sus labios hinchados por la excitación, y llegando a su clítoris donde lamia rápidamente y luego bajaba a sus labios moviéndolos de un lado a otro con mi lengua, chapándolos y tirando de ellos, hundí mi lengua en su vagina , lamiendo aquella cueva caliente mientras notaba como se estrechaba rítmicamente, por el empuje de mi dedo en su ano.
La saque para lamerle rápidamente con la lengua abierta mientras mi nariz se restregaba en su clítoris, cada vez estaba más mojada y allí en el cielo de mi cama, se corrió como un río en mi lengua, desbordando por mi barba, con sus manos apretando mi cabeza entre sus piernas, y sus caderas dando espasmos.
UUff!!! aquello estuvo delicioso, me tumbe sobre ella mirándole a los ojos, con su respiración agitada en mi rostro, cuando recupero el resuello, me hizo sentarme en el borde la cama y sobre un cojín en el suelo, empezó a chuparme la polla dispuesta a devolverme el placer que le había regalado. Mi polla temblaba dentro de su boca, lamiendo en círculos mi capullo sin sacársela, me cogia los testículos que estaban duros y bien cargados de esperma. Me gustaba tanto que no dure nada, y eyacule dentro de su boca, que seguía succionando y lamiendo sin parar, se trago todo mi semen, hasta la última gota, sin sacársela ni un momento, y siguió, me daban espasmos de placer que no podía aguantar y mi cuerpo se retorcía de gusto, tuve que apartarla o me moría allí mismo. Se echo sobre mi y me beso en la boca, intercambiando sabores, de su vagina y mi semen en nuestras lenguas retorciéndose, nos besamos y abrazamos por un rato pasando del placer al cariño, a la ternura, a lo mágico.
Pasado un rato, me recupere y ella se sentó sobre mi, me hacia una paja con su coñito depilado, se deslizaba sobre mi polla de adelante a atrás como si fuera un perrito caliente, y… Muy caliente!!!
Luego me la cogio y se la metió dentro de su vagina y empezó a cabalgarme, mientras yo le acariciaba sus pechos y le estrujaba sus nalgas acompañadas de sonoras palmadas que la hacían dar respingos y apretarme la polla dentro de su coño. Me agarro de las manos y me miraba fijamente a los ojos, mientras fallábamos, saco su lengua buscando la mía besándonos nuevamente, aquello era tan bueno, tan placentero y rico!!! Que me volvió el instinto animal, cogidos de las manos puse sus brazos sobre su espalda, abrazando fuerte y embistiéndola violentamente sin parar de jadear en cuello, una y otra vez hasta mi esperma se disparo a chorros dentro de su coño y me quede en éxtasis. Ella descansaba sobre mí y así se quedo sin moverse, unidos por nuestros sexos, extasiados de placer y rendidos con una gran sonrisa en nuestros rostros. Notaba latir su corazón sobre mi pecho y ella notaba latir el mío echada sobre mí.

Autor – JLC
Segunda parte de giro inesperado.

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