Bobby y Spanky II (corrección)

04/05/2018

Después de la a visita de Bobby y Spanky nada ha sido igual en mi vida. Esa noche dejé a propósito las ventanas abiertas de mi habitación para ver a Bobby mientras me masturbaba, pero no lo vi. Su luz permaneció apagada todo el tiempo. Aun así, imaginaba que, escondido en la oscuridad, sus curiosos ojos de niño me observaban y él hacía lo mismo que yo con su enorme miembro. Me decía que esa sería una verga que yo cabalgaría, al mismo tiempo, el hecho de que estuviera atada a un cuerpo de 12 años y medio, me prendió tanto que trabajé mis pezones más que otras veces provocándome orgasmos súper mojados y deliciosos. Esa noche soñé con ellos.

El día siguiente fue de trabajo, así que llegué tarde y cansada. Entré distraída a mi casa, fui botando todo por doquier de camino a mi cama; cuando entré a mi recámara con los zapatos en la mano, vi mi ventana abierta y la luz de la recámara de Bobby encendida. Eso me cambió el animo, inmediatamente sentí como mis pezones se endurecían debajo del encaje del sujetador, prendiéndome inmediatamente. Lentamente continué desvistiéndome frente a la ventana sin dejar de ver hacia la de Bobby deseando con toda el alma que él estuviera ahí y se me uniera. Quería que viera lo caliente que me pone saber que me fisga a escondidas. Quería que me enseñara su verga parada.

Cuando por fin quedé en ropa interior, su rostro pícaro apareció de detrás de la cortina. Mi corazón se detuvo. Sí me estaba viendo y ya había entendido el mensaje. Tenía la mano dentro de sus pantaloncillos cortos y estimulaba su arma viéndome a los ojos.

Sin dudarlo ni un momento, y completamente a propósito, me acerqué a la ventana para cerciorarme de los papás no estuvieran en casa y que el auto no estuviera en el garaje. Todo estaba en orden, el auto no estaba. Significaba que teníamos tiempo para jugar ahora él y yo. Entonces de espaldas a la ventana, le mostré mi trasero moviéndolo y acariciándolo sensualmente. Después, muy lentamente fui sacándome las bragas parándole las nalgas, quería que me viera, quería su verga de hombre metida en mi concha mojada, aunque el fuera sólo un niño. Di la vuelta y vi que seguía ahí, sin dejarme ver su arma. Entonces saqué del sujetador mis tetas con pezones perforados como lo hago cuando me masturbo, y comencé a tocarlos para ponerlos aun más duros. Con una pierna sobre el marco de la ventana, trabajaba sobre mi pubis; él seguía sin dejarme ver su erección, pero veía claramente que el ritmo de su mano era más rápido. Yo hice lo mismo, sabía que la distancia no le permitiría ver los detalles, pero aún así quería mostrarme completa para su regocijo, abrí mis labios e introduje un dedo, sin dejar de jalar la cadena que une ambas argollas de mis pezones, estaba realmente mojada, aproveche la humedad para trabar mi clítoris y comenzar a masturbarme para él.

No me tomó demasiado para encontrar el punto donde puedo hacerme “eyacular”, cuando estuve lista fijé mis ojos en los de mi nuevo amigo Bobby en señal de que iba a terminar. El entendió el mensaje y por fin sacó su arma de la ropa, y pude ver otra vez las deliciosas dimensiones de aquella verga en el momento justo de eyacular blancos chisguetes de semen. Yo exploté sin control en una catarata de jugos que también él pudo ver.

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